Creadores y contadores
Una nación que acaparó el podio en la Vuelta a España Foto Galeria Vuelta © Graham Watson
La historia se viene contando de hace tiempo. Un muchacho tímido que siente que las piernas tan fuertes como ligeras y que no quiere sino ganar. Comerse el mundo a puños. Aunque a Nairo Quintana lo conocí en persona en 2012 en la Dauphiné --donde se acreditó su primer victoria profesional-- había podido entablar charlas telefónicas anteriormente con él varias ocasiones cuando hizo gira europea con el Colombia es Pasión y conquistaba el Tour de l'Avenir y un año más tarde corría su primera Vuelta a Cataluña entre otras carreras.
Ver aquella compacta figura por primera vez me intrigó sobremanera ¿Qué potencia podría elevar a ese jovencito de 22 años a subir los Alpes entre tanto viejo lobo de mar? Nairo más allá de su flotante silueta sobre la bici en las montañas tenía una mirada alegre y entusiasta. En esos días estaba un poco desencantado porque el equipo Movistar en su primer año decidió no meterlo a correr el Giro de Italia para lo que él se había entrenado en el invierno. "Quieren que corra en Francia aquí (Dauphiné) y en la Ruta del Sur", me dijo con un poco de frustración. "Pero yo quiero correr una grande, quizás sea hasta la Vuelta a España".
Luego de ese intercambio Nairo ganaría en Dauphiné la etapa en Morzine atacando antes de coronar el Col de Jeux Plane con Cadel Evans a su estela. Nairo ganó la etapa 16 segundos por delante del australiano. Y luego se fue a la Ruta del Sur y la ganó. Unas semanas después correría la Vuelta a España con un discreto lugar 36, pero sería 11º en el Giro de Lombardía y luego ganó el Giro dell'Emilia en Italia para cerrar el 2012.
Ganar se convirtió en el objetivo que en cada carrera Nairo quería cristalizar. Y luego vino el histórico triple podio en el Tour de France de 2013 (2º GC, Montaña y mejor joven). Y el título del Giro de Italia 2014 en su primera visita a la corsa rosa. El Tour y la Vuelta se le metieron entre ceja y ceja, pero llegar a la cúspide de ambos le ha costado más que sudor y lágrimas.
La ronda francesa ha sido celosa para concederle a Nairo otra victoria de etapa desde 2013. Y solo le ha querido convidar por ahora podio y le ha puesto a un Chris Froome como rival en turno con equipo intratable y un líder inteligente. Luego la Vuelta fue un poco más cruel y en 2014 le hizo abandonar por secuelas de caídas consecutivas.
Intentar el doblete TDF-Vuelta no ha sido fácil ni para él ni para Froome, así que consideramos que el destino le dio a Nairo en 2016, en este duelo mano a mano, una oportunidad de tomar revancha deportiva y vencer finalmente a su némesis. Había que saber leer la carrera y tener a su mejor nómina hasta hora reunida. Queda claro que el SKY del Tour nunca será el mismo SKY de la Vuelta y que Froome por fin dejó caer la guardia un solo día que fue su gran tropiezo.
Ésta grande fue para Quintana sobre Froome Foto Galería Vuelta © Graham Watson
La primera vez que vi a Esteban Chaves fue en febrero de 2012 fuera de competencia en Bogotá, emocionado de haber recibido el llamado del entonces Team Colombia unos meses después de haber conquistado el Tour de l'Avenir. Ese trunfo en Francia inició un lazo a larga distancia con el entonces Orica GreenEdge y el joven de ojos verdes y pecas en el rostro. El equipo australiano terminó por convencerse al ver a Esteban ganar su primera etapa profesional en Lagos de Neila en la Vuelta a Burgos 2012. Pero esa sonrisa tan característica de Esteban se borró por muchos meses cuando tras un espantoso accidente en el Trofeo Laigueglia en 2013 que le dejó con lesiones en la cabeza, mandíbula, oído, fractura de clavícula y daño muscular y del nervio a la altura de la escápula. Dios quiso que los médicos le recuperaran un alto porcentaje de movilidad y sensibilidad pero la recuperación fue más ardua que 50 subidas continuas al Mortirolo. Pero fue tan fuerte el lazo de fe entre Niel Stephens y Matthew White con el joven colombiano que una vez pudo reincorporarse a la vida de ciclista, Chaves fue reinsertado poco a poco en calendario activo con el uniforme del equipo australiano pero con suma delicadeza y sin presionar al colombiano.
Esteban no ha tenido problema en ser un trotamundos, aprendiendo varios idiomas y adaptándose a una idiosincrasia totalmente ajena a la suya. Ahí ha podido florecer como ciclista y ejecutar al pie de la letra el mapa del equipo creó para él. Ese camino ha producido 2 podios en un solo año: en el Giro con limitada ayuda de una formación con pocos escaladores y en la Vuelta con una escuadra más balanceada y con la colaboración de Simon Yates que también está en pleno desarrollo de sus cualidades, las mismas que le dieron una victoria en la etapa 6 al joven británico.
Esteban es un escalador de fondo, no de explosión. Ha invertido en ataques de lejos que en varias oportunidades le han dado victorias de etapa en premios de montaña y títulos como el del Tour de Abu Dhabi 2015. Así como le sucede a Nairo el físico de escalador no le da a Chaves para ser un gran contrarrelojista, aunque a ambos les va bien en cronoescalada. Pero Esteban es un corredor que se atreve aunque no siempre le salga la jugada. Quintana es más cauto al momento de arriesgar el gasto, pero puede tener varios ataques y desprender a sus rivales con ritmo.
Gran exhibición estratégica del Orica Bike Exchange le dio 4 etpas y podio
Foto Galería Vuelta © Graham Watson
En esta Vuelta la carrera sin Alberto Contador (TNK) hubiera sido otra cosa. Su mente estratega fue la que le dio el trampolín de lanzamiento a la oportunidad de Quintana ya que el colombiano estuvo vigilante a las ruedas más importantes del pelotón. El Movistar necesita crear sus propios modelos de emboscada si quiere volver a triunfar, porque esta vez otro general dirigió la guerra. Nairo hizo lo correcto, puso atención y tenía piernas para colaborar y hacer el daño. El día de Formigal será recordado por mucho tiempo, así como la estrategia de escalera y arrojo que le dio a Yates la victoria en Liuntra y a Chaves el podio a 44 kilómetros de la última subida de la Vuelta. Contador superó la caída de la primera semana y el mal día en él Mirador del Ézaro para mover la carrera con la magia y clase de un experimentado almirante. Muchas veces Chris Froome ha tenido quizás más miedo de lo que haga Contador que de cualquier otro corredor.
Darwin Atapuma le dio color a la Vuelta con su liderato y en dos disputadas fugas que terminaron en 2º puesto pero que lo vistieron de rojo, el liderato de una grande que le recompensa también su labor disciplinada como gregario de lujo y teniente en la montaña. Pumita le aseguró además al BMC el liderato por equipos con su intento de victoria en Aitana el último día de la carrera. Jhonatan Restrepo (KAT) es un corredor de porte distinto, más alto y con musculatura fina pero desarrollada. Al chico de 23 años le alcanzó para el gasto de tres semanas en la peor de las Vueltas que muchos hayan recordado haber sufrido como esta de 2016. Y el caldense se graduó con honores con kilómetros en escapada y tres posiciones en el top 10 en las pocas jornadas que se disputaron al embalaje.
Muchos hemos sido testigos de la gestas de los muchachos, unos más cercanos que otros, pero esas historias las forjan ellos con gotas de sangre y un desgaste físico que nadie puede siquiera imaginar. A otros nos ha tocado ser los contadores de la historia y por eso estamos eternamente agradecidos. Esperamos haber contribuido a hacerle justicia al deporte y sus estrellas, que de Colombia están llenando el firmamento de las dos ruedas.